te invito a sumergirte en pintura naranja
a rellenar los almohadones con flores de fósforo cristalino a asomarte a los balcones que encienden limoneros a enhebrar los cabellos de la luna entre tus manos
hace unos días dejé una guitarra de cuerdas de manzana para aliviar el viento que enciende razonamientos llenos de números era el espejo en donde refugiarnos la sal que corporiza la vitamina de los árboles
pude arrojarme entre los destinos que funden miel adentro de los ojos pude desnudarme en labios que quebraron el hastío del mundo y su cuadrícula sin vida
te ví muy de cerca
muy cerca
los soles se miraron y estrecharon sus hombros treparon por el remo de los hábitos inútiles nacieron frutas de las agallas sueltas
yo seguí el rumbo de los pájaros amarillos cubiertos con las raíces de los truenos más fugaces arranqué la aleta de ese rostro de estrella que se arrojó en el fogón más libre y discutí con los mirones que dicen que todo lo saben al amanecer mientras caminan con zapatos y sienten predilección por los agujeros en el suelo
yo sentí que esa noche la luna saldría de las aguas en las que cocinó sus sombras sus dientes amarrados lluvia de duda y rabia peregrina
yo respiro y dejo que se trituren las comedias y los dramas
algunas palabras se empiezan a formar y a dibujar un mensaje